La música es una forma de arte que implica sonidos organizados y audibles y silencio. Normalmente se expresa en términos de tono (que incluye melodía y armonía), ritmo (que incluye tempo y métrica) y calidad del sonido (que incluye timbre, articulación, dinámica y textura). La música también puede implicar formas generativas complejas en el tiempo mediante la construcción de patrones y combinaciones de estímulos naturales, principalmente el sonido. La música puede usarse con fines artísticos o estéticos, comunicativos, de entretenimiento o ceremoniales. La definición de lo que constituye música varía según la cultura y el contexto social.
Los filósofos griegos y los teóricos medievales definieron la música como tonos ordenados horizontalmente como melodías y verticalmente como armonías.
Si la pintura puede verse como una forma de arte visual, la música puede verse como una forma de arte auditivo.
La definición más amplia de música es sonido organizado. Existen patrones observables en lo que se denomina música en sentido amplio y, si bien existen variaciones culturales comprensibles, las propiedades de la música son las propiedades del sonido tal como lo perciben y procesan los seres humanos y los animales (los pájaros y los insectos también hacen música).
La música es un sonido formulado u organizado. Aunque no puede contener emociones, a veces está diseñada para manipular y transformar las emociones del oyente o de los oyentes. La música creada para películas es un buen ejemplo de su uso para manipular emociones.
La teoría musical, dentro de este ámbito, se estudia partiendo de la base de que la música es ordenada y, a menudo, agradable de escuchar. Sin embargo, en el siglo XX, los compositores desafiaron la noción de que la música tenía que ser agradable creando música que exploraba timbres más ásperos y oscuros. La existencia de algunos géneros modernos como el grindcore y la música noise, que gozan de un amplio seguimiento underground, indica que incluso los ruidos más crudos pueden considerarse música si el oyente así lo desea.
El compositor del siglo XX John Cage no estaba de acuerdo con la idea de que la música debe consistir en melodías agradables y discernibles, y desafió la idea de que puede comunicar algo. En cambio, sostuvo que cualquier sonido que podamos oír puede ser música, diciendo, por ejemplo, “No hay ruido, solo sonido”[3]. Según el musicólogo Jean-Jacques Nattiez (1990 p.47-8,55): “La frontera entre la música y el ruido siempre está definida culturalmente, lo que implica que, incluso dentro de una misma sociedad, esta frontera no siempre pasa por el mismo lugar; en resumen, rara vez hay un consenso… Según todos los indicios, no existe un concepto único e intercultural universal que defina lo que podría ser la música”.
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